Esta noche de enero quiero escribirle una carta a ella.
A esa niña que confió en un amor que la destruyó
uno de esos amores que nunca se olvidan
por lo feliz que fue y por lo miserable también.
Hoy la escribo a ella, a esa llama que él apagó
esa luz que aunque brilló un día luego murió.
Entiendo que te enamoraras de él, yo también lo hice.
También comprendo cuando quisiste quitarmelo
porque aunque resulte difícil decirlo
yo también hubiera peleado por el
Por mucho tiempo te odie, desgaste mi energía en saber de ti
conocer tus errores y planear tus caídas.
No pienso pedir perdón, al final en la guerra del amor
todo se vale ¿ no es verdad?
Lo que hoy quiero decir es que te entiendo
que el odio y el fastidio se ha ido
sé lo infeliz que fuiste a su lado y aunque ambas lo amamos
su amor por mi nunca fue le mismo que por ti
comprendo que no puedas perdonarlo
tampoco yo pudiese si el me hubiera hecho la mitad de lo que a ti
pero también me cuestiono el porque si no lo quieres
nunca has cerrado la puerta
Una parte de mi está convencida que aun lo amas, que tienes miedo en hacerlo
y que volver a su lado solo representa peligro, para ser honesta creo que es cierto
amarlo siempre es perdida, amarlo duele. Él duele.
Si hace unas semanas me preguntaban por ti seguramente no hubiera tenido nada bueno que decir
pero la realidad actual es otra; jamás comprendí el amor que el te tenía
sabia que era un amor constante, pero también sabía que era un amor enfermo
un amor que no saltaba, que lo hacía prisionero del alma.
Solo quiero decirte que la pagina se a cambiado
él es tuyo, salgo del camino al que nunca debí entrar
pero tampoco me arrepiento, fui feliz
y aunque tu jamás ocuparás mi lugar, yo tampoco ocuparé el tuyo.
Porque aunque yo tuve lo que tu no
yo jamas tuve el amor que tu sí,
Hoy ya no lo quiero, hoy es tuyo.